Ubicadas a 48 kilómetros de la costa de Castellón, las Islas Columbretes siguen siendo, a día de hoy, uno de esos lugares únicos e increíbles que podemos encontrar en el litoral español, gracias sobre todo a su concepción como reserva natural, y a la protección que los estamentos gubernamentales han puesto sobre este territorio para evitar que el turismo masivo lo degrade, como ha hecho ya con tantos otros lugares. Las Columbretes siguen siendo un paraíso casi inexplorado, aunque se pueden visitar.
Pero para ello, lo primero es conoce un poco mejor cuál es su geografía. Por ejemplo, la cantidad de islas que componen este archipiélago, cuatro en total: Columbretes Grande, La Perrera, La Horadada y el Bergantín, siendo la primera de ellas la más grande con diferencia, ocupando 14 de las 19 hectáreas emergidas de las que disponen estas islas. Eso sí, su diversidad natural hace que su entorno natural llegue a más de 5300 hectáreas a su alrededor, convirtiéndolas en un auténtico paraíso natural.
Todas las islas son de origen volcánico y poseen una orografía dura que todavía se puede comprobar hoy en día con la presencia de huecos y cráteres. Se calcula que la medida sumergida de las islas es de unos 80 metros, y en todo el entorno podemos encontrar numerosas especies marinas, convirtiendo a las Columbretes en una de las más espectaculares e importantes reservas naturales de todo el Mediterráneo.
Precisamente por ello, las islas están tremendamente protegidas y solo se permite la visita de turistas a la isla más grande, con una buena lista de condiciones a cumplir para no afectar precisamente a todo el empeño en la recuperación de la fauna y la flora que se está llevando a cabo en el lugar. De hecho, los únicos que viven en esta isla son los técnicos y mantenedores, que se encargan de cuidar el entorno.